Entrevista a Lisandro Rosental, CEO del grupo Rosental Inversiones, en el marco de los 20 años de Punto Biz.
Desde hace casi una década Lisandro Rosental está al frente de uno de los grupos empresariales con mayor proyección de negocios en la región. De cara al futuro, las energías están puestas en la innovación, para crecer en rubros tan diversos como claves, finanzas, desarrollos inmobiliarios y tecnología. Pero más allá de las estrategias, el financista advierte que las mejores oportunidades se presentan “casi sin querer” y como fruto del azar. Pero claro, hay que tener los ojos bien abiertos para ver cuando aparece una veta.
“Si me piden proyectar hacia el futuro y decir en qué rubro nos interesaría incursionar, es muy difícil, porque muchas de las oportunidades a las que nos “Si me piden proyectar hacia el futuro y decir en qué rubro nos interesaría incursionar, es muy difícil, porque muchas de las oportunidades a las que nos lanzamos no estaban en nuestros planes y se fueron realizando casi sin querer, como los barrios cerrados o el desarrollo de parques industriales. Ocurrió que hubo gente que se nos fue apareciendo en el camino, y descubrimos que teníamos con ella un norte común, y nos fuimos complementando”, explica Rosental.
“Al momento de la toma de decisiones a nosotros nunca nos dieron miedo las sociedades. Es nuestra forma de hacer negocios, buscamos socios que complementen nuestras habilidades, que sepa hacer la parte que no sabemos en el rubro o negocio en el que queremos participar. Hemos innovado al realizar acciones que no se realizaban hace nueve años cuando tomé el mando”, afirma.
Un futuro igual o mejor
Ante la pregunta sobre cómo se ve en 20 años, Rosental admite que le cuesta imaginarse subido a una especie de “cápsula del tiempo”: “Es difícil pensarlo y más difícil decirlo”. Se toma unos segundos para pensar y concluye: “Si de acá a 20 años la empresa sigue teniendo proyectos y desafíos eso ya sería un montón” y advierte: “Ojalá que la Argentina de 20 años sea mucho mejor de lo que es hoy. Uno siempre busca crecer, independientemente de lo que lleve adelante, en función de los valores o de la forma que uno tiene de trabajar. Es crecer con un norte y con gente comprometida con lo que hace y a gusto con el trabajo que la empresa lleva adelante. Si podemos hacer lo mismo ya es un montón. Si lo podemos mejorar, es muchísimo”.
Explica que “a largo plazo buscamos tener una empresa, cada vez más completa, robusta y con mayor potencial crecimiento”. No le gusta hablar de objetivos cumplidos, pero sí sostiene que se siente “100% feliz” con lo que hace: “Me fascina lo que hago, crear valor y tener una empresa en franco crecimiento, con una base de clientes sólida, que cree y confía en lo que uno dice, hace, arma y desarrolla. Es un montón”.
La innovación tecnológica ocupa de cara a futuro un lugar primordial, apostando a desarrollar emprendimientos como la firma de negocios agropecuarios FyO, la tecnológica Nemo y la biotecnológica Inbioar. “La idea es identificar empresas o personas que tengan ideas para llevar adelante en donde podamos acompañarlos, no solamente desde la inversión económica, acompañar en la organización, negocios puntuales perspectiva de crecimiento. Buscamos obviamente mirar el largo plazo”, relata. La apuesta tecnológica también se vive puertas hacia adentro, por caso armando en la sociedad de Bolsa un equipo desarrollador de robots capaces de realizar arbitraje de bonos, tipos de cambio y tasas. “Esto fue algo inédito en la empresa y superó las expectativas. Antes, solo se escuchaba hablar de robots operando en la bolsa estadounidense, pero ahora lo estamos haciendo localmente. Este logro fue el resultado de años de trabajo y la empresa siempre ha tenido una mentalidad de mejora continua en términos tecnológicos”.
El camino de la transición
Su padre Miguel Rosental, fundador del holding, se enfermó gravemente y estuvo en tratamiento fuera del país entre 2011 y 2014. Lisandro recuerda que si bien fue un momento duro a nivel personal, ese tiempo sirvió para afianzar vínculos: “Todo lo que duele en términos personales enriquece también al mismo tiempo, por las charlas profundas y los momentos vividos. El nivel de aprendizaje fue absoluto, porque el primer año operaba de modo delfín, donde las consultas eran absolutas en todo y de todo tipo, y la ejecución iba en función de esa consulta”. Pero Lisandro supo a fuerza de trabajo, empuje y pasión hacerse fuerte y pisar con nombre propio.
“Mi viejo era un tipo que soñaba con una empresa de largo plazo, su anhelo, su desafío, su expectativa, no era una empresa coyuntural de momento, de aprovechamiento de situaciones, sino una empresa que perdure y que crezca a lo largo del tiempo lo mejor posible”, sostiene Lisandro.
Sueños cumplidos
En términos de transición o delegación, cree que en ese último tiempo su padre fue monitoreando si estaban dadas las condiciones para delegar la conducción en él. “A pesar de que desde el momento cero confió en que podía llevarlo adelante, lo fue ratificando con los hechos. Estoy convencido que hubiera sido el primero en sentarse conmigo a decirme ‘esto no va, vamos a cambiar de forma, dejémoslo para más adelante’”. A la hora de asumir tenía solo 26 años. Como su padre, hoy piensa a largo plazo y afirma que sueña “con una empresa que vaya para adelante, independientemente de si soy yo el que hoy comanda”.
FUENTE: Punto Biz
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